En mi caso, no es una cuestión de creencia; los conozco y me comunico con ellos habitualmente. Los astrólogos horários y los lectores de tarot lo hacen, lo sepan o no; forma parte de nuestro trabajo.

Si no estuviéramos tan absortos en el mundo físico, o empantanados en la teoría, u obstaculizados por el escepticismo que cierra la mente, podríamos darnos cuenta de que la telepatía con estos seres no es infrecuente y de que muchas «coincidencias» inexplicables son comunicación e interacción directas reales con ellos.

Los seres sintientes no encarnados que son «ayudantes» o guías existen y están en contacto con nosotros siempre que surge la necesidad, tanto si somos conscientes de ellos como si no. Incluso los escépticos y las personas no espirituales tienen niñeras invisibles.
Las cosas serían mucho peores en el plano físico si no fuera así.

Entre otras funciones, ayudan a reducir la incidencia de la ley del accidente.
Y algunos accidentes no son accidentes, sino que están haciendo el trabajo que acordamos que harían por nosotros para espabilarnos.

No son dioses ni ángeles. Son como nosotros y están cerca de nosotros. No tiene ninguna validez ponerlos en un pedestal o considerarlos una especie de autoridad. No tienen cuerpo físico y, por tanto, no tienen las mismas limitaciones que nosotros, especialmente la limitación del tiempo lineal.

Las personas también pueden relacionarse con personajes egocéntricos, dudosos, frívolos o directamente dañinos del otro lado. Pero ese es el tema de otra conversación…