La Iluminación no resuelve los problemas de dinero, salud o relaciones, ni estos desaparecen como por arte de magia. Buscar una solución espiritual a problemas no espirituales indica un malentendido básico sobre qué tipo de sufrimiento desaparece con la Iluminación. El ego sigue necesitando educación. La perfección es una fantasía. Este es un punto sutil que, si se resuelve, puede poner fin a la búsqueda y revelar que «Ya nada está mal».

Mediante la meditación sobre los objetos, aprendemos. Mediante la meditación sobre la acción, cambiamos. Mediante la meditación sobre la no acción, aceptamos. Mediante la meditación sobre el sujeto, conocemos nuestra Verdadera Naturaleza.

Somos evidentes; con predilección por llevar máscaras y admirarlas.

No estamos iluminados. Somos la luz. Y también somos la oscuridad. Lo somos todo. Y también nada. La simplicidad de lo que somos es indescriptible y por eso no se puede comprender. La comprensión requiere dos y nosotros no somos dos. Eso sólo puede Realizarse.

En algún momento de nuestro camino decimos que no hay elección, que todo sucede. Ese pensamiento es un efecto secundario del Vislumbre de la Verdad. Pero no es exacto, pues es una expresión de la sensación de separación a posteriori. Hay elección. Todo sucede, incluida la elección.

La elección es uno de los engranajes del mecanismo de la ley de causa y efecto, o ley del karma.

Los conceptos no son la Verdad. Sin embargo, algunos conceptos reflejan la Verdad, y otros conducen a la falsedad, especialmente los que rodean al concepto «yo».

El camino al infierno está empedrado de intenciones.

La Conciencia Pura no es un logro de la presencia; se Realiza para no estar nunca ausente.

«Escuela» es el deseo de saber y la capacidad de escuchar. No es algo misterioso oculto en grupos cerrados o sociedades secretas.

Cuando surge el pensamiento «estoy presente», ya estamos en la autopista hacia el infierno. El cielo es un estado del ser en el que hay ausencia. No existe la sensación de separación. Por tanto, nadie está presente; sólo existe la Presencia Silenciosa.

La incapacidad de perdonar duplica el sufrimiento.

Comprender la naturaleza impersonal del dolor emocional permite su trascendencia: el verdadero perdón. Dejamos atrás los traumas del pasado, un paso necesario para liberarnos del sufrimiento innecesario.

La culpa es una alarma. A partir de ahí, el camino se bifurca. A la izquierda: autoflagelación inútil. A la derecha, la conciencia y la acción correcta. Arriba: nadie. Entonces, ¿quién es el juez?

La persona es uno de los muchos objetos que aparecen en la Conciencia que Somos y surgen de ella.

El falso sentido del yo produce defensividad. Se basa en el miedo a que «yo» resulte dañado. Si el sentido del yo es Conciencia, no hay daño posible. Y, por tanto, el miedo está ausente.

El verbo ser es el más utilizado y el menos comprendido.

El sentido de separación es la raíz del sufrimiento psicológico. La raíz del sufrimiento psicológico no es la falta de dinero, tiempo, amigos, atención, café, sexo, conocimiento, experiencias de conciencia superior, vida eterna, o cualquier otra cosa.

No somos conscientes. Somos Conciencia.

Tomar conciencia no es el final del camino; es el principio del final. El final del camino es perder aquello en lo que creíamos habernos convertido.

La manifestación es el árbol. El «Yo Soy» es la semilla. El Espíritu es el suelo que las sostiene y absorbe.

El Estado Natural es el estado normal de los seres humanos. Muchas cosas pueden obstaculizar su realización. Una de ellas es el sesgo espiritual de las enseñanzas que venden la noción de que la Realización Espiritual es el logro de algún estado superior de conciencia. El Estado Natural es Uno; no hay nada superior ni inferior de lo que hablar.

En el camino espiritual hay un tiempo para ser exhortados a aprovechar nuestro poder interior. Y luego hay un tiempo para la comprensión de que no tenemos poder alguno y descansar como la paz de esa Impotencia. Aceptación Total.

La felicidad que surge de la no compulsión a satisfacer los deseos es de carácter distinto a la felicidad que surge de satisfacer los deseos o evitar el dolor.

En la Autorrealización no existe el yo.

Si el Ser es el Océano de la Conciencia, el Ser o «Yo Soy» es el agua o sustancia; y todo lo que podemos percibir, pensar o hablar son las olas, incluido el aparato perceptor.

La persona imagina que despertará. El despertar tiene lugar, destruye esa imaginación y nada ocupa su lugar.

Esta personalidad y este cuerpo, que se toman tan en serio y se protegen a toda costa, son como nubes. Se forman y se disuelven. El alboroto que se hace por su integridad es sinónimo de sufrimiento psicológico.

Una persona no despierta ni se ilumina. El despertar o la iluminación suceden «a» una persona. Y lo que se revela está más allá o es trascendente a la persona, aunque siempre presente.

El ego no necesita morir ni ser eliminado. El ego necesita comprensión, compasión y educación.

La razón por la que la especie humana como sociedad se encuentra en el lamentable estado en el que se encuentra ahora descansa únicamente en la autoignorancia. Por la sencilla razón de que somos Todo. Y si sabemos en lo más profundo de nuestro ser que somos Todo, nunca dañaremos nada, nunca desperdiciaremos nada y nunca abusaremos de nada. Seremos, de hecho, buenos propietarios de la vida y de este planeta. Alguien que ha realizado la Verdad del Ser es un buen propietario del universo.

Lo que buscábamos resulta no ser lo que creíamos buscar.

El pensamiento «tengo conciencia» o «mi conciencia» es la máxima expresión de la ignorancia.

«Yo soy, por tanto todo es». El principio y el fin de todas las filosofías.

Buscar la unión excluye la celebración de la Unidad. Buscar la comprensión excluye la celebración de la Verdad. Buscar algo excluye la celebración de la Nada.

El silencio es la mejor enseñanza. La segunda mejor es la Atención. La tercera mejor afirma simplemente que Somos Eso. La cuarta mejor afirma que no somos lo que creemos que somos, y la quinta mejor describe objetivamente la psique.

Lo que está en tu plato ahora y siempre, es el Ser. Intenta ser otro Yo o estar en otro estado que no sea Este, y estaremos en el problema de la separación. Estamos atrapados en Maya.

Una persona es para el Ser lo que un dedo es para el cuerpo.

La Realización Espiritual no trae lo especial a la vida de uno. Aporta normalidad.