¿Qué es el Recuerdo de Sí?
En mi definición, el Recuerdo de Sí es el acto de dirigir la atención a la fuente de atención.
Un arquero debe saber dónde está el blanco antes de poder disparar la flecha. Debemos saber qué es el Ser antes de poder recordarlo. Lógicamente, el Recuerdo de Sí se hace efectivo y eficaz después del Despertar, no antes.
Los «estados de presencia» fortuitos que se producen antes del Despertar son rápidamente reclamados por el ego. «Estuve presente», decimos. «Me recordé a mí mismo», decimos.
El estado de presencia ya ha desaparecido cuando surge el pensamiento «me estoy recordando a mí mismo». (Por así decirlo, porque en realidad no ha desaparecido. Lo que ha desaparecido son las «vacaciones del ego», ya que el ego ha vuelto a hacer afirmaciones imaginarias sobre el «yo» y la consciencia).
Al Despertar, esas afirmaciones pierden todo su significado. Parecen mentira. Y lo son. Nadie recuerda al Ser. El Despertar cambia el paradigma de la autorreferencia. Somos y no lo que creíamos ser todo el tiempo. Por eso el Despertar se llama Despertar.
El Verdadero Ser no puede abordarse conceptualmente. Puede, como sugiere el término, ser recordado. El acto de recordar parece comenzar en la mente. Pronto se hace evidente que el recuerdo se origina más allá de la mente y nunca abandona realmente su origen. Es un milagro silencioso. El Ser jugando al juego de recordar al Ser.
El término «recordar», aunque dista mucho de ser literalmente cierto, es adecuado como indicador porque implica que el Ser ya «es» y que ya se conoce. No se está descubriendo ni creando nada nuevo. Solo se necesita un ajuste del ángulo de percepción o del flujo de atención para poner fin a la sensación de separación.
Si eso ocurre, ya no es necesario recordar más, pues queda irrevocablemente claro que no hay ningún yo que recordar en absoluto, sólo la Conciencia Pura y Nosotros Somos Eso: ahora, siempre y en todas partes.