- ¿Eres un hombre número...?
Cero.
Ser hombre, mujer o persona es una prenda.
No hay ningún gran estado que deba experimentar. No hay ninguna nueva revelación que deba producirse. No hay ninguna vulnerabilidad esencial.
Me pongo mi nombre, mi cuerpo y mi personalidad cada mañana y vivo sus placeres y dolores como cualquier otra persona.
Aquí no hay nada especial. Pero vivir libre de sufrimiento psicológico, autoimaginación y búsqueda espiritual es, sin duda, una bendición. No falta nada. Hay paz y nada está mal.